Los Arcanos Mayores del Tarot o Triunfos tienen diferentes interpretaciones, tan numerosas y variadas como autores existen sobre Tarot. Lo cierto es que estas cartas transmiten un mensaje, y cuando se las relaciona con la Cábala, la Numerología y la Astrología, este mensaje se torna claro y accesible.
Si bien hay numerosos autores sobre Tarot, los que realmente nos pueden brindar una realidad sobre el mensaje "oculto" son menos de los que imaginamos.
Ya brindaré una lista de textos y autores, pero lo más importante es remarcar que en nosotros está y siempre ha estado toda la información, accesible, en nuestro código genético y en el inconsciente colectivo, forjado por nuestros antepasados.
El Tarot puede parecernos simplemente divertido, un juego, aunque en realidad está cargado de poderes y transmite una fuerza realmente efectiva a través de sus figuras simbólicas. El Tarot nos mueve a fijar nuestra atención y hace que imaginemos. De esta forma, surge frente a nosotros un mundo desconocido, con actores y circunstancias específicas de acuerdo al contexto. Estas cartas son arquetipos que logran despertar a nuestro subconsciente.
De esta forma, los significados pueden variar en cada persona, debido al contenido arquetípico presente. No obstante, siempre se llega a resultados similares, ya que la figura se fundamenta en valores que son eternos y despierta un proceso de reflexión idéntico en todos los seres.
A continuación se abordará el simbolismo de cada carta. Es por esto que hay que tener en cuenta que aquí todo es símbolo, desde las dimensiones de la carta, donde la altura dobla la medida de la base, hasta la numerología, los colores y los signos que encontramos en las figuras y que estos símbolos no son arbitrarios sino estables: nada está librado al azar.
Recordemos que las cartas no son buenas ni malas por sí solas. La carta que se acaba de tirar puede ofrecer una orientación pero no adquiere su auténtico valor sino en función de las que la acompañan, gracias a las cuales podrá revestir un verdadero sentido. La carta invertida no reúne un significado negativo sino que atenúa el significado al derecho e informa sobre el comportamiento del consultante, debido principalmente a un bloqueo de la energía característica del Arcano puesto en juego.
Todas las interpretaciones que surjan de la lectura, deben ser expuestas con claridad, prudencia y opciones ya que es preciso que muevan al consultante a una toma de conciencia susceptible de permitirle reaccionar. Una vez puesto en el camino de la comprensión, cada ser humano debe realizar su trabajo interior; la toma de individuación a la que Jung hace referencia, es un estímulo para el subconsciente y la propia imaginación.1 - El Mago
El Mago es el número Uno, el número de la creación y de la individualidad; su poder es la transformación por medio de la voluntad. El Mago puede tomar la nada de la que surgió El Loco y darle forma de algo, haciendo Uno de Cero. Sin duda, éste es un poder divino y, en realidad, el Mago es el conducto de un poder superior, que domina todo el mundo material.
El nombre de esta carta puede parecer raro ya que la palabra Mago evoca la imagen de un ilusionista, cuyo único poder es la habilidad manual y la desorientación. Sin embargo, en muchos aspectos el Mago es también similar al ilusionista. Él está seguro de su destreza y de su habilidad para producir los efectos que desea. Su poder real proviene de fuerzas externas a él y no tiene poder sin estas fuentes, pues depende de quien esté detrás del escenario. Sin un conducto, el poder en sí mismo es impotente e inútil.
Con sus poderes el mago tiene influencia sobre todo: teoría y práctica, lógica y emoción, pensamiento y acción. El símbolo del infinito indica su poder ilimitado, que le viene de fuentes externas, pero está bajo su control. Su voluntad es un poder que, aunque puede ser sometido, nunca podrá ser destruido. Mientras que el Loco era el potencial, la posibilidad de lo positivo y de lo negativo, el mago es la unión de lo positivo y negativo. Él crea y conserva; destruye y redime. El mago nos recuerda que sólo desear no cambiará nada, pero una decisión puede cambiarlo todo. El deseo de crear no es nada sin la habilidad de crear y viceversa. Cuando aparece el mago, ello indica que usted está listo para convertirse en conducto del poder, como él lo es. Ahora es el momento de actuar, si usted sabe lo que quiere lograr y por qué. Si recientemente ha fracasado, ahora puede convertir ese fracaso en éxito, tan fácil como el mago transforma el fuego en agua. El efecto exterior más común de la influencia del mago es el no poder ser influenciado y la confianza total. Darse cuenta de que el mundo está bajo su control es lo que inspira este tipo de confianza. El mensaje del mago después de todo es sencillo. Su vida está bajo su control. Su vida es lo que usted quiere que sea. Su vida es como usted la hace.
El mago no sólo se vale del mundo físico para sus operaciones mágicas sino que también crea el mundo, en el sentido de dar a la vida un significado y una dirección. El mago es un pararrayos. Al abrirse al espíritu, lo atrae hacia sí, y después esa mano que apunta hacia abajo, como un pararrayos hundido en el suelo, hace que la energía defienda a la tierra, a la realidad.
La fuerza vital que llena al universo no es suave ni benigna. Es menester descargarla, afirmarla en algo real, porque ni nuestro cuerpo ni nuestro ser psíquico están hechos para almacenarla, sino solamente para transmitirla. Por eso funcionamos mejor como canales de energía.
La única forma en que realmente podemos aferrarnos al poder en la vida es estar constantemente descargándolo, al liberar el poder creativo nos abrimos para recibir un caudal nuevo. En cambio, si intentamos aferrarnos a él bloqueamos los canales, y el sentimiento del poder-que es en realidad de la vida misma-se marchita dentro de nosotros.
Los significados adivinatorios del mago se derivan de ambas manos, la que recibe el poder y la que lo dirige. La carta significa una conciencia del poder en la propia vida, también puede significar la reacción del consultante frente a alguien que lo acepta. Como El Loco, esta carta se refiere a los comienzos, pero aquí la referencia es a los primeros pasos efectivos. Puede aludir tanto a la inspiración para iniciar algún nuevo proyecto o fase de la vida, como al entusiasmo que nos sostiene a lo largo del duro trabajo que ha de conducirnos a nuestro objetivo. En segundo lugar, el mago representa el poder de la voluntad; la voluntad orientada y unificada a objetivos.
Desde el punto de vista de la Cábala, el Aleph aparece bajo la imagen del Mago, lámina nº 1, carta indicadora de potencialidades infinitas cuando aparece al inicio de un juego. El Mago indicará que la persona es movida por una fuerza inconsciente y que bajo ese impulso puede dar de sí algo extraordinario que sobrepasará su medida humana. Si el Mago aparece "enterrado" en mitad de un juego, puede ser anunciador de un peligro, ya que el Aleph, que es energía pura, cuando surge inesperadamente en mitad de nuestra vida, lo que hace esa energía es destruir lo edificado para volverlo a su estado primordial, como si una bomba atómica cayera sobre nuestra realidad. Es muy difícil canalizar positivamente la energía del Aleph, puesto que a través de él Dios insufla Su voluntad en el hombre, poniendo en su alma un designio que lo impulsa a abandonarlo todo para proceder a su realización. Dicen los cabalistas que Aleph es vida-muerte-vida, en el sentido de que, siendo la fuerza que produce la vida, es también la que destruye toda cristalización.
La carta invertida significa que de alguna manera la corriente de energía se ha visto perturbada o bloqueada. El poder está ahí, pero no tenemos acceso a él. Puede señalar la apatía aletargada que caracteriza a la depresión. También puede aludir a un abuso de poder, a una persona que se vale de un carácter muy fuerte para ejercer una influencia destructiva sobre otras. Invertido también indica inquietud mental, alucinaciones, miedo, especialmente a la locura. Cuando aparece invertido, al mago no hay que negarlo desterrándolo o confinándolo; en cambio, debemos encontrar la manera de volver a ponerlo en su posición correcta.
PUNTO DE VISTA JUNGUIANO
La magia de la conciencia humana es una espada de doble filo. Podemos usarla tanto para construir un nuevo mundo como para abrir con ella una caja de Pandora llena de ocultos demonios que pueden destruir nuestro mundo y la vida de este planeta.
La tentación de dar un uso inadecuado al poder es un aspecto oculto de cada una de las figuras arquetípicas; dado que en el mago este poder es tan primitivo y sutil, esta tentación se convierte en su bestia negra. Quizá una confirmación de ello sea que la carta número 15, el diablo, la vamos a encontrar como la sombra del mago. En la terminología de Jung, la sombra es una figura que se nos aparece en sueños, en las fantasías y en las realidades externas; encarna cualidades de nosotros mismos que preferimos no reconocer como nuestras, pues, de hacerlo así, nuestra propia imagen quedaría de alguna manera ensombrecida. Así pues, proyectamos esas imágenes aparentemente negativas hacia otra persona. Esta persona es la que siempre nos persigue en nuestros sueños, perturbando el ambiente con sus hechos o dichos inadecuados e incluso con insinuaciones demoníacas.
En la realidad exterior, la persona sobre la cual proyectamos nuestras sombras actúa constantemente como agente irritante. Casi todo lo que dice o hace nos sienta mal, su más mínima insinuación puede caernos tan mal que ello perdura un tiempo exagerado en nuestra conciencia, días, meses, incluso años. No nos va a dejar, de modo que nos hallaremos siempre involucrados emocionalmente con esta personalidad desagradable. Sucede a menudo que este contacto parece interno y externo a la vez y que, casi por arte de magia negra, esta persona a la que no quisiéramos ver nunca más está persistente e irracionalmente incordiándonos en nuestra vida diaria.
Quedan esclavas de la magia de la proyección, no sólo las características negativas que nos pertenecen, sino también muchas de nuestras potencias positivas y, como veremos pronto, si pretendemos reclamar estas potencias positivas como nuestras, antes tenemos que aceptar también las negativas. Llegar a conocer y aceptar nuestra sombra como aspecto de nosotros mismos es un primer paso importante para el auto conocimiento y la plenitud. Sin nuestra sombra, no seríamos más que seres bidimensionales, planos, sin volumen, de papel, sin sustancia.
Es difícil abrirnos al conocimiento de nuestra sombra y a la aceptación de ésta como miembro de nuestra familia interior, pero a veces resulta más fácil de lo que creemos. Pues cuando llegamos a conocer este aspecto oscuro nos damos cuenta de que la mayor parte de las veces la tristeza que nos proporcionaba se debía al hecho de que habitaba lo más oscuro de nuestro consciente. A medida que la dejamos aparecerá la luz, nos percatamos de que sus más molestas cualidades parecen más ligeras y soportables. Pero por el momento (que puede significar toda una vida), la sombra se verá en algún lugar, ya que estas energías, al ser concebidas para resistir, se convertirán gradualmente en poderes más creativos y nos darán el coraje y la fuerza de buscar cada vez más y más hondo en nuestra propia oscuridad en busca de nuevas figuras de sombras.
Dado que las figuras de las sombras pueden aparecer disfrazadas de mil maneras, luchar con ellas va a ser una batalla constante. Tan pronto como reconozcamos y aceptemos uno de estos aspectos reflejado en una persona conocida o familiar, surgirá de nuevo bajo una nueva forma. No será ya el vecino de la casa de al lado, esta vez será un pariente lejano quién va a afilar nuestros dientes. Otra vez vamos a sentirnos fascinados, obsesionados y embrujados. Esta vez, nos toma precavidos. Antes de dejarnos tentar en vano, deberíamos consultar nuestro mago interior y convencerle de que deje de jugarnos estas malas pasadas. Si lo hacemos con firmeza pero con cortesía puede ser, incluso, que nos ayude a identificar esa parte de nosotros que se halla fuera, al otro lado de la calle. Por suerte no vamos a tener que identificar jamás al diablo como nuestra sombra, ni vamos a proyectar el peso total de su sombra sobre ningún vecino.
Quizá nuestro vecino pueda, a veces, encarnar nuestra propia sombra pero el diablo, en terminología Junguiana, representa siempre la sombra colectiva, lo que significa una sombra tan grande y tan abarcadora que sólo la puede soportar colectivamente toda la humanidad.
Ninguna de estas dos fuerzas nos pertenece personalmente: ni la creatividad sobrehumana del mago, ni la infrahumana destructividad del diablo. Son ambas figuras arquetípicas que representan tendencias instintivas cuyo poder se halla más allá de nuestro alcance. Sin embargo, poseemos cada uno algo de la magia de la conciencia y para demostrarlo tenemos las mil tentaciones demoníacas que queremos rehuir. Para resistirse a estas tentaciones se requiere un alto grado de disciplina y de autoconocimiento.
La prueba más evidente que tenemos de que somos nosotros los que vemos el mundo objetivo, es la que ofrecen los científicos en sus experimentos referentes a la luz.
Hay dos pruebas concluyentes de dos distintas tendencias (las dos igualmente válidas), las cuales afirman que la naturaleza de la luz está constituida por ondas, para unos, y para otros por corpúsculos. A pesar de los esfuerzos realizados, estos hechos científicos tan diametralmente opuestos rechazan ser reconciliados. La luz verdadera no va a darse a conocer a nosotros, la esencia última de la naturaleza permanecerá velada, dicen los científicos; ¡No será la naturaleza la que se revele a sí misma!
El defecto, dicen ellos, no estriba en los aparatos que el hombre ha hecho para observar la realidad exterior, sino que está en el hombre, en sí mismo, en la limitación de su aparato sensorial. No hay instrumento por perfecto que sea, capaz de mostrarnos la realidad oculta. Parece que vamos a quedar condenados a experimentar la naturaleza de la luz como ondas y como corpúsculos, lo cual no atañe en absoluto al mundo de allá, pero sí al de aquí, nuestro mundo psicofísico.
Somos nosotros mismos los que creamos el mundo. La naturaleza es y seguirá siendo un misterio. Al igual que la luz, nuestra mente también presenta una dualidad que está tan arraigada que a veces experimentamos nuestro mundo como exterior y a veces como interior.
Por ejemplo: casi todos nosotros podemos citar ejemplos de experiencias en las que un modelo interior correspondió de repente a un hecho externo de modo milagroso y sin que se pudiera establecer ninguna conexión causal entre los dos hechos. En estas situaciones una imagen interior se materializa de repente como realidad exterior, como por obra de un conjuro. Por ejemplo, a veces nos hemos sentido perseguidos por la imagen de una amistad de la infancia a quien no veíamos desde hacía más de veinte años y de repente, de no sabemos dónde, recibimos una carta, una llamada o una visita de este amigo. Sincronicidad es la palabra que Jung utilizó para describir este hecho, esta coincidencia entre un estado interno y una realidad externa. Por fenómenos sincrónicos, Jung quiso significar la coincidencia significativa de un hecho físico y otro psíquico que no pueden conectarse entre sí y que están separados en el tiempo y en el espacio (por ejemplo, un sueño con la realidad y el acontecimiento que predicen). Estas coincidencias surgen del hecho de que para nuestra conciencia, espacio, tiempo y causalidad, que son condicionantes discretos de un suceso, se relativizan o quedan abolidos en el inconsciente, como ha quedado satisfactoriamente demostrado por los experimentos de percepciones extrasensoriales de J. B. Rhine.
La conciencia separa en el proceso lo que en el inconsciente está todavía unido, oscureciendo o disolviendo la interrelación original de los acontecimientos en su gran unidad. Supongamos que el mundo unitario irrumpe en nuestro mundo cotidiano de tiempo y espacio, causándonos alguna de estas sorpresas, podemos pensar entonces que es nuestro mago interior el responsable. Cada vez que uno de estos fenómenos de sincronicidad se introduce en nuestro complaciente y ordenado mundo, es como una sacudida que nos obliga a reflexionar sobre el hecho y buscarle su posible significado.
En su trabajo como pionero en este campo, Jung definió la sincronicidad como una conciencia llena de significado. Después sustituyó la idea de significados pre-existentes por el concepto más objetivo de desorden sin causa. En el mundo del inconsciente colectivo, el arquetipo se ve como el factor que pone orden; el significado es una cualidad que el hombre ha de crear por sí mismo. “La experiencia nos muestra que los fenómenos de sincronicidad suelen darse cuando nos encontramos cerca de un acontecimiento arquetípico, como la muerte, un peligro mortal, crisis, catástrofes...”
“... podría decirse que el paralelismo inesperado entre acontecimientos físicos y psíquicos que caracteriza a estos fenómenos, el paradójico arquetipo psicoide se ha ordenado por sí mismo: aquí como imagen psíquica y allá como un hecho físico material y externo”.
Dado que sabemos que el proceso de la conciencia consiste en la percepción de los supuestos que se revelan uno a otro, un fenómeno de sincronicidad podría entenderse como una manera desacostumbrada de hacerse consciente de un arquetipo.
No cabe duda entonces de que los acontecimientos sincrónicos se dan mucho más a menudo de lo que nos imaginamos, y que todo parece probar que deberíamos estar más atentos a ellos para nuestro provecho. Como suele suceder con estos hechos milagrosos, el esfuerzo que hacemos para entender su significado real es muy gratificador. Dado que estos hechos de sincronicidad son el mejor método que tiene nuestro mago interior para comunicarse con nosotros, es importante aprender a descifrar su oculto lenguaje. Por suerte, antes de que esta situación nos haga sentir especiales, nos encontramos con la siguiente advertencia de Jung: "Los milagros atraen solamente la comprensión de aquellos que no pueden percibir su significado. Son simples sustitutos para la incomprendida realidad del espíritu. No quiero decir con esto que la presencia viva del espíritu no se vea acompañada ocasionalmente por el acontecer de hechos físicos maravillosos. Solamente quiero subrayar que estos hechos no pueden ni reemplazar ni esclarecer la comprensión del espíritu que es lo único esencial". Como dice Jung, cuando se producen sincronicidades eso significa que se ha activado un poder arquetípico. Dado que los arcanos del Tarot simbolizan estos poderes, es comprensible que estimulen acontecimientos de este tipo. Si usted va a hacer un cuaderno de notas del Tarot, es importante que coleccione todas las experiencias que se relacionen con estos hechos.
Una antigua máxima de la alquimia dice: "lo que el alma imagina, sucede solamente en la mente, pero lo que Dios imagina, sucede en la realidad". Cuando el mundo unitario irrumpe en nuestro consciente, quizás es cuando vislumbramos por momento el mundo tal como Dios lo imaginó. Las imágenes arquetípicas que aparecen en nuestros sueños mientras nuestra mente consciente está desconectada vienen de niveles más profundos de la psique y es más difícil identificarlas. Aquí puede ayudarnos nuevamente el mago, enseñándonos el truco por el cual introducirnos en su mundo del sueño.
El primer paso, es que recordemos nuestros sueños. Dado que estas imágenes soñadas juegan un papel tan amplio en la conformación de nuestras vidas, nos importa sobremanera conocerlas. Los veintidós arcanos del Tarot muestran personalidades y situaciones arquetípicas. Al conocer estas figuras, aprendemos a reconocerlas cuando aparezcan en nuestros sueños. El prestar atención a nuestros sueños, aunque no hagamos otra cosa con ellos, tendrá un efecto sobre nuestras vidas. Según nos comportemos con el inconsciente, así se comportará él con nosotros. Los personajes de nuestros sueños, como los familiares y amigos han de tomarse en serio. Les gusta sentir que sentimos interés por ellos y por lo que hacen, que nos afecta tanto como a ellos. El mago es el que nos ayuda a conectarnos con el mundo de los sueños. El loco entra y sale de nuestras vidas ocasionalmente, el mago se queda adelante de nosotros. El loco puede traernos sueños aparentemente imposibles, pero el mago los hará aparecer sobre la mesa para someterlos a nuestra consideración. Es él quien nos ayuda a hacer que nuestros sueños se hagan realidad. Entonces, ¿qué esperamos para lograrlo? .0 - El Loco
Sin el concepto del 0, nuestro sistema matemático no tendría sentido. Del mismo modo, El Loco es una parte esencial del Tarot, porque es la chispa que hace que todo lo demás se mueva, es el espíritu, el aliento divino que da vida e inspira el primer paso hacia la realización y la consumación. Aunque a menudo el primer paso de un trayecto largo parece pequeño, ¡ese primer paso es vital porque sin él no habría viaje!
El Loco es la semilla del fin a sembrar en todo principio, es la nada de la cual surge todo. El Loco es potencial sin moldear, puro e inocente, ni positivo ni negativo, aunque contiene la posibilidad de ambos. El Loco representa inicios, experiencias y opciones nuevas; los primeros pasos de un nuevo camino y las primeras palabras escritas en una página en blanco.
Como los Ases de los arcanos menores, en sus inicios no son ni positivos ni negativos, pero tienen el potencial de volverse cualquiera de los dos, según las decisiones que tomes y el camino que sigas. Pero esto no debe preocuparte, porque cuando se inicia un viaje nadie sabe qué pasará en el camino. Nunca permitas que otra persona controle tu vida. Vive el presente y confía en tus capacidades, como lo hace El Loco. Como en todas las experiencias nuevas existe el riesgo de fallar y también la certeza de un cambio; el grado de ese cambio y como aparecerá es lo que no sabemos. Arrójate al abismo de lo desconocido y seguro que, aún si llegas a caer, pronto te levantarás.
Respecto de la Cábala, la letra Shim está representada por la lámina que lleva el nombre del Loco. Con esta denominación, los que nos transmitieron el Libro de la Rota quisieron velar el sublime misterio de la encarnación de la Divinidad en el hombre, y así veremos como casi todos los que se han ocupado del estudio del Tarot han escrito infinidad de despropósitos sobre esta lámina, en la que vemos un hombre andando apaciblemente apoyado en un bastón, con un hatillo en el hombre, sin preocuparse de un animalito que le está desgarrando los pantalones. Insensible a lo que ocurre en las partes bajas de su organismo, con el paquete de sus experiencias a la altura de su cabeza, marcha apoyado en ese bastón, que es el símbolo de la fuerza espiritual (luego veremos, al estudiar los arcanos menores, que los bastos corresponden al elemento fuego).
Si el Loco aparece en tu juego, interprétalo como el anuncio de la manifestación de la divinidad en tu vida. Todo será como debe ser, verás el futuro con soberana lucidez, tu inteligencia brillará y todo cuanto hagas llevará el sello de lo trascendente. Si el Reish significaba un cambio de valores, el Shim indica la irrenunciable vocación de defender los nuevos valores, poniendo fin a todas las empresas materiales.
¿Por qué mirar al interior del mundo profundo de la mente, cuando puedes permanecer seguro en el paisaje habitual del trabajo, el hogar y la familia? Sin embargo, a los que estén dispuestos a correr la aventura, el salto puede aportarles júbilo y finalmente puede llevarlos al conocimiento, la paz y liberación. El perro que acompaña al loco simboliza las fuerzas de la naturaleza y el lado animal del hombre, en armonía con el espíritu que actúa a partir del instinto. Si niegas tu ser interior, se volverá feroz. Obedécele y se mostrará benigno.
La bolsa que El Loco carga a la espalda son sus experiencias. No las abandona, no las olvida; simplemente ellas no lo controlan, tal como frecuentemente los recuerdos y los traumas del pasado controlan nuestra vida. Como un vagabundo, El Loco anda con un palo al hombro; pero el palo es en realidad una vara, símbolo de poder. El color negro parcial del bastón simboliza potencialidad. Desde su montaña El Loco puede ir a cualquier parte, puede ser cualquier cosa.
En las lecturas, El Loco nos habla de coraje y de optimismo, nos insta a tener fe en nosotros mismos y en la vida. En los momentos difíciles, cuando la gente que nos rodea nos presiona para que seamos prácticos, El Loco nos recuerda que quien mejor puede decirnos que hacer es nuestro propio ser interior. Los significados al estar invertido son motivo de controversia ya que el consultante es incapaz de seguir sus instintos. Tal vez no quiera correr un riesgo en un momento decisivo, ya sea por miedo o por confiar demasiado en planes previos y en el consejo práctico de otras personas. Otra opción es que la persona no confía en su inconsciente como guía, tener conciencia de que los grandes riesgos sólo se han de correr en el momento adecuado. Hay veces que se necesita cautela, y también aquellas en que lo mejor es no hacer absolutamente nada. El Loco nos recuerda el potencial ilimitado y la espontaneidad de cada momento. El Loco aporta lo nuevo y lo poco habitual a una situación.
PUNTO DE VISTA JUNGUIANO
Es evidente que El Loco como héroe y tramposo puede jugarnos pasadas buenas o malas según el punto de vista de cada uno. La escritora von Franz lo califica de mitad diablo, mitad Salvador, puede ser a la vez destruido, transformado o reformado al final de la historia. En los siguientes capítulos vamos a ver a “El Loco” del Tarot o héroe a través de los veintiún estadios de su transformación. Muchos milagros han de suceder para que El Loco, conglomerado de energías, simbolizado por el bufón en la carta 0, emerja en la carta 21 como El Mundo, un bailarín sereno que se mueve al ritmo de las esferas. En ciertas cartas, a “El Loco” se le llama Le Mat, literalmente "el demente". A menudo, los bufones de la corte eran realmente retrasados mentales. Aunque cortos en materia de intelecto, tenían una relación especial con el espíritu. Cuando llama a este loco "una figura religiosa arquetípica", von Franz la conecta con la función inferior, el término junguiano para el aspecto no desarrollado de la psique. En uno de sus libros, la autora von Franz compara al loco con “una parte de la personalidad, incluso de la humanidad, que quedó atrás, arrinconada, y por eso lleva aun en sí la totalidad original de la naturaleza”.
Ciertos objetos circulares, que hoy en día despiertan nuestro interés (y que están estrechamente relacionados con El Loco), son los OVNIS, esos ceros que llegan de mundos presumiblemente superiores y más allá de nuestra comprensión. Jung nos sugirió que estos círculos celestes que se veían o que se creen ver, pueden significar que una nueva imagen de la plenitud está a punto de irrumpir en la conciencia. Estos platillos voladores padecen la misma suerte que todas las visiones internas, se les tacha de locuras y se etiquetan, sin importancia, como le sucede al mismo bufón. La nada es un símbolo perfecto para el estado de plenitud indivisible referente a la creación de las cosas.
El mundo de la experiencia cotidiana es verdaderamente una ilusión creada por el ser humano, es lo que los hindúes llaman las diez mil cosas. Nosotros creamos el mundo que vemos tanto psicológica como físicamente. Todo lo que hay en él procede de la nada cuando nacemos y todo volverá a la nada cuando muramos; esta nada está fuera del tiempo y del espacio.
La idea del círculo como principio y fin del viaje, está expresada simbólicamente por la serpiente mítica que se come la cola, el Uróboros mitológico; se crea, se alimenta de sí mismo y se transforma al tragarse su cola. Su forma circular nos habla de la naturaleza inconsciente deseada al final del viaje.
Jung definió al ego como el centro de la conciencia. El Self (sí mismo) es el término que él usa para denotar el centro de la totalidad de la psique, un centro de amplio conocimiento y estabilidad. Como nos mostrará El Loco con su danza circular, el sí mismo no es algo que inventemos nosotros, ni es tampoco una zanahoria dorada que llevamos delante de nuestra nariz toda la vida. El sí mismo es algo que está ahí desde el principio; el ego es, si se quiere, lo que hacemos, el sí mismo se nos dio. Existe antes de nuestro nacimiento, durante nuestro nacimiento y después de nuestra muerte. Está en nosotros siempre, esperando que volvamos a casa e incluso nos apremia a ello, ya que aquí no hay marcha atrás. Nuestro viaje, como el de “El Loco”, es circular.
Como dice Jung: " El ego se enfrenta al sí mismo, como el móvil a su motor, como el objeto al sujeto. El sí mismo, como el inconsciente, es algo que existe previamente y de donde surge el ego. Es, por decirlo de alguna manera, una prefiguración inconsciente del ego. No soy yo el que se crea a sí mismo, pero sí soy yo el que me sucedo a mí mismo.
Nota: La gente usa generalmente como sinónimos los términos “subconsciente” e “inconsciente”. Por subconsciente se entiende a los deseos, temores, cólera y otras reacciones que la mente consciente reprime y no reconoce en sí misma. Este material pertenece al yo, adhiriéndose a él, porque se origina en experiencias que el yo no quiere reconocer pero que tampoco puede eliminar. En cambio, el inconsciente se refiere a la energía básica de la vida, informe e indeterminada, que nos conecta en el universo. No la conocemos directamente, sino sólo por mediación de sus imágenes, los sueños y arquetipos que afloran a la conciencia.ARCANOS MENORES
Uno de los inconvenientes que he encontrado al intentar estudiar las cartas de Tarot, ha sido el enfoque totalmente predictivo. Otro gran obstáculo es la poca o ausente utilización de los arcanos menores, e incluso de sus significados invertidos. Si bien cada carta representa un estado de conciencia, un arquetipo, en las lecturas la aplicación es diferente. Se enriquece sustancialmente con los significados invertidos.
En este texto he intentado solucionar estos puntos, considerando aspectos de interpretación adaptados al idioma hispano, así como a nuestras costumbres e ideologías.
Este enfoque del Tarot es totalmente Humanista, derivado no solamente de las verdades esotéricas, sino también de las intuiciones de la moderna psicología postjunguiana, para dar así una imagen más completa de quiénes somos, cómo actuamos y cuáles son las fuerzas que nos configuran y nos dirigen. El objetivo del estudio del Tarot desde estos puntos de abordaje no contempla significados fijos de las cartas, sino un método mediante el cual cada persona pueda obtener una mayor penetración en la vida, y enriquecerse del conocimiento de la experiencia humana.
De todos los mazos de cartas, el que más me llamó la atención ha sido siempre el mazo Rider, creado por Arthur Edward Waite, indicado para quienes usamos las cartas principalmente en la toma de conciencia de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. Incluso, dentro de algunas de las variantes del mismo, me encuentro especialmente atraído por la versión del Tarot “Universal” de Waite. Este mazo es una “actualización” del Tarot de Waite, en la que se han avivado los colores y se ha aumentado el detalle de las ilustraciones, se han añadido letras hebreas en los Arcanos Mayores, aumentando la simbología.
Casi todos los Arcanos Mayores nos muestran una figura de pie o sentada; sólo el Loco y el Mundo se mueven. Es más, bailan. Pero en los arcanos menores, todas las escenas muestran algo que está sucediendo, como si fuera una fotografía tomada de una película. Esto no es para nada accidental. Es debido a que los Arcanos Mayores representan fuerzas arquetípicas más que a personas reales, mientras que los Arcanos Menores, en cambio, muestran aspectos de la vida tal como realmente la vive la gente día a día. Por lo tanto, las cartas de los arcanos menores representan las preocupaciones, actividades y emociones que componen los dramas de nuestra vida cotidiana.
Los cuatro palos
Los arcanos menores están constituidos por 56 cartas divididas en cuatro palos: Bastos (Varas), Copas, Espadas y Pentáculos (Oros). Cada uno de estos palos representa un enfoque particular de nuestra vida.
En la presentación de los arcanos menores, en la disposición de los palos, Waite no se apartó demasiado de los mazos anteriores, excepto en la sustitución de los Oros por Pentáculos, es decir, estrellas de cinco puntas encerradas en discos de oro. Waite tuvo varias razones para realizar este cambio. Primeramente porque deseaba que su cuarto palo alcanzara cabalmente el mundo físico y no simplemente el limitado materialismo del dinero y los negocios mundanos. Además, quería que los cuatro palos fueran portadores de los cuatro elementos o instrumentos básicos de la magia ritual, mediante los cuales se podrían materializar todos nuestros deseos en el mundo físico de los Pentáculos, porque simbolizan en forma concreta los diversos aspectos del universo físico/espiritual.
Si deseamos ver el mundo en función del número cinco en vez del cuatro, incluyendo el Espíritu como centro, entonces los Arcanos Mayores representan el quinto elemento, el Éter. El hecho de que los Arcanos Mayores estén apartados de los menores y representen el Espíritu, simboliza que el Espíritu existe en un nivel diferente del nivel del mundo ordinario. Al mismo tiempo, el hecho de que para las lecturas los mezclemos todos juntos nos ayuda a ver que el Espíritu y la totalidad de los elementos de la materia operan en conjunto. Por lo tanto, el Espíritu le confiere significado y unidad al mundo material.
En la Astrología, la simbología de los cuatro elementos se distribuye en sus cuatro triplicidades:
· Fuego (Aries, Leo y Sagitario)
· Agua (Cáncer, Escorpio y Piscis)
· Aire (Géminis, Libra y Acuario)
· Tierra (Tauro, Virgo y Capricornio).
También la psicología Junguiana utiliza los cuatro elementos, relacionándolos con maneras básicas de vivenciar el mundo:
· Fuego: representa la Intuición
· Agua: el Sentimiento
· Aire: el Pensamiento
· Tierra: la Sensación.
En la Astrología y en el pensamiento Junguiano, los elementos representan tipos y características. En el tarot vemos estos tipos reflejados en las cartas cortesanas (Sota o paje, caballo o caballero, reina y rey).
Si comparamos el Tarot con otro conocido sistema simbólico, los Bastos y las Espadas representan situaciones “yang” o activas, en tanto que las Copas y los Pentáculos representan las que son “yin” o pasivas. Con referencia a los Arcanos Mayores, el Mago representa el carácter yang (impar), mientras que la Suma Sacerdotisa el yin (par). Estas características también se observan en los elementos. El Fuego y el Aire están en constante movimiento (yang), mientras que el agua y la tierra tienden más a la inercia (yin).
Como se verá más adelante, tanto los Bastos como los Pentáculos se relacionan con los negocios, pero tanto los Bastos como las Espadas indican conflicto. Copas y Bastos tienden a las experiencias felices y positivas, mientras que los Pentáculos y las Espadas suelen representar los aspectos más difíciles de la vida. Al mismo tiempo, Copas y Espadas abarcan la gama general de las emociones, en tanto que Pentáculos y Bastos hacen referencia a las actividades más físicas. Antes que mostrar separaciones totales y rígidas que sólo nos limitarían, las cartas tienden a formar combinaciones y a difuminar las diferencias.
Cada palo de los arcanos menores tiene un carácter específico y nuestras experiencias cotidianas representan una fusión de estos cuatro enfoques. Las lecturas del Tarot nos muestran el impacto que tienen las energías de los diferentes palos sobre tu vida en un momento dado. Simplemente analiza si están presentes de una forma equilibrada los cuatro palos, si notas la ausencia de uno o el exceso de otro. De esa forma, ya sabrás en qué áreas determinadas debe trabajar el consultante.
Para las lecturas, emplearemos estas definiciones al combinar las cartas:
· Bastos o Varas: acción, ocupación, trabajo
· Copas: sentido, sentimientos, afecto
· Espadas: dificultades, fatiga, crisis
· Oros: finanzas, riquezas, ingresos
LAS CARTAS DE CORTE:Cartas de la Corte
Las cartas cortesanas representan a personas cuyas respectivas personalidades reflejan las características de su palo y su rango. Nos muestran ciertas maneras de ser en el mundo para que podamos emplearlos o evitarlos.
Masculino y femenino significan aquí: activo y pasivo. Cuando el Fuego, por ejemplo, indica entusiasmo y motivación, entonces el Rey es un personaje que entusiasma y motiva a otros, y la Reina que puede hacer lo mismo, en contraste, representa una persona a la que le gusta ser entusiasmada y motivada. Está claro que tanto hombres como mujeres pueden asumir ambos roles.
· El rey es maduro y masculino. Representa el elemento yang, las cualidades activas del elemento respectivo. Su atención se centra en el exterior, en los sucesos de la vida. Demuestra autoridad, control y dominio en los terrenos asociados a su palo. Por lo tanto, el estilo de un rey es fuerte y directo. Es activo y extrovertido. Se preocupa por los resultados y las cuestiones prácticas, por cómo hacer las cosas. Por consiguiente, todos los reyes representan al mismo tiempo el éxito, porque el rey es supremo.
· La reina es madura y femenina. Representa el yin, es decir las cualidades receptivas de cada elemento. Muestra más bien una apreciación de ese elemento que el uso que el rey hace de él. Encarna las características de su palo más que llevarlas a la práctica. Su atención se centra en el interior y su estilo es relajado y natural. A una reina no le interesan tanto los resultados como el placer de existir en el mundo. Su figura va asociada a los sentimientos, las relaciones y la autoexpresión. No se impone sino que expresa el palo desde el interior.
En relación a los cuatro palos, los conceptos de masculino (activo, yang, Rey) y femenino (pasivo, yin, Reina) se describen a continuación:
· Fuego activo: significa una demostración de la fuerza de voluntad e impulsos afirmativos
· Fuego pasivo: indica la predisposición a ser “entusiasmado” y dirigido.
· Agua activa: significa expresar sentimientos.
· Agua pasiva: estar abierto y responder a nivel emocional, intuitivamente.
· Aire activo: significa proceder con una mente analítica.
· Aire pasivo: estar abierto a conceptos inteligentes.
· Tierra activa: significa encarnar para los demás la seguridad
· Tierra pasiva: representa una gran necesidad de seguridad.
· El caballero o caballo es un adulto joven. No puede expresarse con equilibrio. Oscila violentamente de un extremo a otro mientras intenta relacionarse con su mundo. Los caballeros traducen la cualidad de cada palo en movimiento. La energía que en el rey veíamos como un logro y como conciencia en la reina, irrumpe aquí en una etapa previa. En los caballeros vemos las maneras de funcionar de cada elemento. Al mismo tiempo, los caballeros carecen de la seguridad y la estabilidad de los reyes y las reinas. Un caballero tiene tendencia al exceso, pero también es ilusionado y sincero y estas cualidades le redimen a nuestros ojos. Podemos admirar su valor y su energía.
· El paje o sota es un niño o adolescente. Expresa las características de su palo en su estado más simple. Su enfoque tal vez no sea profundo, pero es sencillo, suelto y espontáneo. Es un símbolo de aventura y posibilidad. En relación con los adultos, indican un momento en que una persona experimenta algún aspecto de la vida simplemente como tal, sin el condicionamiento de presiones externas. En cuanto son niños, los pajes suelen simbolizar los comienzos, el estudio, la reflexión, las cualidades de los jóvenes estudiantes.
Las cartas de la corte no significan necesariamente un hombre, ni una mujer. Muestran las cualidades y actitudes simbolizadas usualmente por esas figuras. Tradicionalmente, en el tarot encontramos estas características, que te ayudarán en la lectura e interpretación:
Carta cortesana
Paje o Sota
Caballero
Reina
Rey
Sexo
Indistinto
Hombre
Mujer
Hombre
Edad
Hasta 20
Entre 20 y 35
Mayor de 20
Mayor de 35
Las características físicas también pueden ayudarte a la hora de elegir un significador, más allá del signo solar astrológico que también es importante:
Carta cortesana
Bastos
Copas
Espadas
Oros
Pelo
Rojizo, rubio o gris
Rubio a castaño claro
Castaño claro a castaño oscuro
De castaño oscuro a negro
Ojos
Azules o grises
Azules o verdes
Verdes o marrones
Marrones o negros
Signo/(Elemento)
Fuego
Agua
Aire
Tierra
También debemos evitar la idea de que una carta podría simbolizar a un individuo durante toda la vida, en el sentido de que se pueda decir de alguien "es la reina de copas", creyendo que así se resume la vida de la persona. Alguien puede pasar durante un período de tiempo por una fase de reina de copas y al mes siguiente convertirse en un caballero de oros o bien tener simultáneamente ambas vivencias en diferentes aspectos de su vida.
En las lecturas, las cartas cortesanas son difíciles de leer e interpretar. Principalmente porque una carta cortesana puede mostrar:
· un lado de ti que se expresa o busca expresión. Tal vez se trate de una faceta que tú valoras o que tienes descuidada. Puede ser un enfoque que reconozcas o tal vez uno que niegues. La manera en que lo veas depende de la pregunta que haya formulado, de las otras cartas que te salgan y de la situación en sí.
· a otra persona. Si te sale una carta cortesana en una tirada y te dices a ti mismo: se quien es, probablemente se tratará de esa persona que te ha venido a la mente. También puede representar a alguien en quien aún no has reparado.
· la atmósfera general. A veces, un entorno parece adoptar una personalidad propia que coincide con un tipo de carta cortesana.
Y además, las cartas de la corte tienen una dimensión humana de la que carecen las otras, de modo que pueden ofrecer mensajes claros sobre quién eres y qué quieres. El truco es comprenderte a ti mismo y entender la situación para poder aceptar los mensajes cuando lleguen.
ADRIANA
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